- Dificultad para llevar una vida normal: Si sientes que tus días son caóticos y problemáticos, y te cuesta mantener estabilidad emocional.
- Problemas para resolver conflictos: Si te resulta difícil manejar problemas de manera calmada y asertiva.
- Malestar persistente: Si un conflicto o una persona te causa un malestar continuo.
- Impacto en la salud física: Si experimentas síntomas físicos sin explicación médica, como dolores de cabeza recurrentes o problemas digestivos.
- Cambios en el estado de ánimo: Si tienes cambios de humor constantes o te sientes triste la mayor parte del tiempo.
- Ansiedad o estrés: Si sientes ansiedad frecuente o estrés que afecta tu vida diaria.
- Pensamientos negativos: Si tienes pensamientos indeseados que te impiden razonar o
disfrutar de la vida.
La duración de la terapia puede variar en función de varios factores tales como, el tipo de problema que se está tratando, los objetivos de la terapia y la frecuencia de las sesiones. No obstante te resumo algunas de las pautas generales:
- Terapia a corto plazo: Puede durar entre 6 y 12 sesiones. Este tipo de terapia se enfoca en problemas específicos y tiene objetivos claros y definidos.
- Terapia a medio plazo: Puede durar de 3 a 6 meses. Es útil para problemas más complejos que requieren un enfoque más profundo.
- Terapia a largo plazo: Puede durar un año o más. Este tipo de terapia es adecuada para problemas crónicos o profundos que necesitan un trabajo
extensivo.
Es importante recordar que cada persona es única, y la
duración de la terapia se ajustará a tus necesidades y progreso.
La efectividad de la terapia psicológica puede variar de una persona a otra, pero muchos estudios y experiencias personales muestran que puede ser muy beneficiosa. Aquí hay algunos factores que pueden influir en su éxito:
- Relación con el terapeuta: Una buena conexión y confianza con tu terapeuta es crucial.
- Compromiso personal: Estar dispuesto a trabajar en ti mismo y ser honesto durante las sesiones.
- Tipo de terapia: Diferentes enfoques terapéuticos funcionan mejor para diferentes problemas. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es muy efectiva para la ansiedad y la depresión.
- Frecuencia y consistencia: Asistir regularmente a las sesiones y seguir las recomendaciones del terapeuta.
- Apoyo externo: Tener una red de apoyo, como amigos y familiares, puede complementar el trabajo en terapia.
La terapia no es una solución rápida, pero con paciencia y esfuerzo, muchas personas encuentran mejoras significativas en su bienestar mental.
Decidir cuándo comenzar la terapia psicológica es una decisión personal y puede depender de varios factores. Aquí hay algunas situaciones en las que podría ser útil considerar iniciar la terapia:
- Sentimientos persistentes de tristeza o ansiedad: Si te sientes triste, ansioso o abrumado la mayor parte del tiempo.
- Dificultad para manejar el estrés: Si el estrés está afectando tu vida diaria y tus relaciones.
- Problemas en las relaciones: Si tienes conflictos frecuentes con amigos, familiares o compañeros de trabajo.
- Cambios significativos en la vida: Como una pérdida, un divorcio, o un cambio de trabajo que te resulta difícil de manejar.
- Problemas de salud mental diagnosticados: Como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, etc.
- Deseo de autoconocimiento: Si quieres entenderte mejor a ti mismo y mejorar tu bienestar general.
No hay un momento “perfecto” para comenzar la terapia,
pero si sientes que algo «no está bien» podría ser un buen momento para buscar ayuda.
Los servicios para la evaluación, diagnóstico y tratamiento psicológico de adultos son:
Sesión individual: 50 euros.
Bono 4 sesiones: 180 euros. 45 euros, la sesión.
Sesión terapia de pareja: 60 euros.
No siempre es necesario tomar medicación cuando estás en terapia psicológica. La decisión de usar medicación depende de varios factores, incluyendo la naturaleza y la severidad de tus síntomas, así como tus preferencias personales.
Podría ser necesaria para poder comenzar a trabajar y en otros casos más graves, necesaria de forma crónica, como en el trastorno bipolar.
Sin embargo, el objetivo es hacer un uso justo y necesario. A través de la terapia, trataremos la problemática más allá de los meros síntomas.